Se ha avanzado mucho socialmente, en el reparto de las tareas en el hogar respecto a hace 30 años, sin embargo, aún hoy la mujer sigue asumiendo un papel más activo que el hombre tanto en tareas del hogar como en cuidado de hijos, y familiares (padres, suegros…) que necesitan de cuidados. Las cargas laborales, familiares, y la creencia arraigada de que la mujer puede encargarse de todo, está causando que la salud mental de las mujeres se esté deteriorando.
En el estudio Desigualdades en salud mental en población trabajadora de España: un estudio basado en la Encuesta Nacional de Salud, queda reflejado que la prevalencia de las enfermedades mentales en las mujeres es más elevada que en los hombres siendo su causa de base social.
De los datos del estudio mencionado, el 19,9% las mujeres presentan síntomas depresivos, ansiedad, problemas sociales, hipocondría, y estrés laboral frente al 13,9% que padecen los hombres. Ampliándose más aún la diferencia si los datos se observan por comunidades, como en Cataluña donde la diferencia oscila de un 19,8% a un 10%.
Entre los motivos que llevan a las mujeres a padecer peor salud mental que los hombres, nos encontramos los siguientes:
- La doble ocupación (social y familiar).
- La falta de conciliación.
- La insatisfacción en el empleo.
- La desigualdad salarial.
- Dedicación a las tareas domésticas (las cuales no tienen una retribución salarial).
Este tipo de estudios proporciona datos objetivos sobre las barreras que aún quedan por romper, no contempla por ejemplo, si una mujer ha dejado de autorrealizarse profesionalmente por ocuparse de las obligaciones familiares, casos que en consulta son habituales, y cuando estas mujeres piden ayudas están sumidas en un estado de depresión grave, del que les resulta difícil salir.
En otras ocasiones, es el hecho de encontrarse con las tareas invisibles de organización y planificación de citas médicas, menús saludables, compaginar su horario con las extraescolares de los niños, organización de eventos como cumpleaños(gestión de invitados, menú, lugar, fecha…), gestión de agenda personal, laboral, y escolar… y se podría hacer una lista que ocupase muchísimo.
Todo ello se deriva de creencias que se aprenden por vivencias como, «siempre lo ha hecho mi madre, mi abuela…», sólo que ahora no es hace 40 años, y también se puede pedir ayuda a tu pareja, al final de todo, si la vida es compartida, las tareas son de todos los miembros que componen la familia.
Es importante, crear conciencia sobre la importancia de la gestión emocional, para prevenir este tipo de trastornos de cara al futuro.
¿Cómo gestionar las cargas?
- Buscar un momento personal de disfrute personal, o relajación.
- Pedir a tu pareja que tome la iniciativa en lugar de esperar a que lo haga.
- Delegar tareas a pareja, o hijos.
- Organizar la planificación entre todos los miembros del hogar.
- Mejorar tu bienestar físico, y mental.
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